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Pautas para padres y amigos frente al riesgo de suicidio de adolescentes y jóvenes

Qué señales hay que observar y qué podemos hacer
Rebeca Gracia Liso
Rebeca Gracia Liso
Psiquiatra. Coordinadora de la Unidad de Hospitalización de Agudos de Psiquiatría Infantil
Consorci Corporació Sanitaria Parc Taulí de Sabadell
Joaquim Puntí Vidal
Joaquim Puntí Vidal
Psicólogo clínico. Coordinador de la Cartera de Servicios de tratamiento psicológico Infantojuvenil y de Hospital de día de salud mental de adolescentes
Consorci Corporació Sanitaria Parc Taulí de Sabadell
Señales de alerta y pautas de actuación suicidio juvenil

La muerte por suicidio sigue siendo una muerte incómoda y silenciada, especialmente cuando afecta a adolescentes y jóvenes. Por el contrario, los datos epidemiológicos de muertes por suicidio hablan a gritos. En el mundo se calcula que una cuarta parte de suicidios corresponde a menores de 25 años. En Catalunya, el suicidio es la primera causa de muerte en personas entre los 15 y los 34 años.

Tras los datos:

Lo más duro: saber que cuando un adolescente o joven se plantea el suicidio no lo hace porque anhela morir, sino porque asume que no es posible continuar viviendo en esas circunstancias.

Lo más triste: el dolor de sus familiares y amigos, la pérdida, el no haber detectado antes lo que estaba pasando en la vida de ese chico o chica y no haberlo podido evitar.

Lo más esperanzador: saber que la muerte por suicidio es evitable, que hay personas y profesionales dispuestos a ayudar a aquellos chicos/as que no ven salida a su problema.

Los 5 falsos mitos sobre el suicidio en adolescentes y jóvenes

  • Un chico que habla del suicidio, es un adolescente o joven que no se suicidará. El que se quiere matar no lo dice.
    Es completamente falso. La mayoría de adolescentes y jóvenes que se suicidan, suelen haber comentado o referido a su familia y amigos, ideas o planes suicidas, en los días o semanas previos a suicidarse.
  • Preguntar a un adolescente o a un joven sobre el suicidio, es una forma de darle ideas (si no las tiene), para que pueda llevarlas a cabo.
    Es completamente falso. Preguntar sobre el suicidio es la única manera de poder prevenirlo, en el caso que el adolescente o joven tenga ideas o planes suicidas previstos. Por el contrario, los adolescentes o jóvenes que nunca han pensado en suicidarse, no lo acabarán haciendo por el simple hecho de preguntarles.
  • Los adolescentes y jóvenes que se suicidan siempre tienen una enfermedad mental, porque sólo los enfermos mentales son capaces de atentar contra su propia vida.
    Es completamente falso. La enfermedad mental es un factor de riesgo para la conducta suicida y el suicidio consumado, pero el suicidio y la conducta suicida también es posible en adolescentes y jóvenes que no tienen ninguna enfermedad mental, pero que se sienten sobrepasados por una situación o problema que piensan o sienten que no es posible resolver.
  • Los adolescentes y jóvenes que se intentan suicidar, realmente lo único que pretenden es llamar la atención del adulto.
    Es completamente falso. La cantidad y tipo de tentativa se relaciona con la letalidad real, pero no necesariamente con la intención que se pretende. 
  • El suicidio de un adolescente o un joven no se puede prevenir, porque no hay nada que hacer cuando ya ha decidido quitarse la vida.
    Es completamente falso. El suicidio es prevenible y evitable. Para ello es necesario que los padres, los profesores, los iguales, los profesionales y la sociedad en general, perdamos el miedo a hablar del suicidio. Enseñar cuáles son las señales de alarma de suicidio y la forma de actuación a seguir una vez se han detectado, es una estrategia eficaz para evitar la muerte por suicidio.

¿Existe un perfil de chico o chica con alto riesgo de suicidio?

Cualquier persona puede realizar una conducta suicida, pero se han identificado factores personales, familiares y sociales, que incrementan el riesgo de suicidio. Identificarlos y detectarlos, es un primer paso para evitar la muerte por suicidio.

  • Tener una enfermedad mental (en especial, la depresión).
  • Haber realizado intentos de suicidio previos y autolesiones.
  • Tener una personalidad caracterizada por una elevada impulsividad y la desregulación emocional.
  • Sentirse desesperanzado con el presente y el futuro.
  • Haber sido víctima de sucesos traumáticos, abuso, desamparo o negligencia en la infancia.
  • Estar sometido a un alto nivel de estrés, en especial, escolar y/o interpersonal con sus iguales.
  • Estar sufriendo una situación familiar estresante, o haber sufrido una pérdida significativa (por ejemplo: el fallecimiento de uno de sus padres).
  • Estar sufriendo una situación de acoso escolar o ciberbullying.
  • Haber sufrido una ruptura de pareja traumática e inesperada.
  • Haber sufrido el fallecimiento de un amigo o un familiar directo por suicidio.

Recomendaciones y pautas de actuación para los padres y familiares de un joven con riesgo de suicidio:

  • Muéstrate atento a los cambios de conducta de tu hijo o hija, en especial, si observas cambios en su estado de ánimo en las últimas semanas, como, por ejemplo, mayor tristeza, menor deseo de comunicación, mayor aislamiento y abandono de actividades gratificantes.
  • Si hay cosas que te preocupan de tu hijo o hija, busca un momento y un espacio adecuado y transmítele lo que te preocupa y tu disposición de ayuda. Habla con él o ella, mostrando interés genuino en que te cuente cómo se siente, si algo en su vida anda mal, preocupaciones que tiene, etc. No juzgues y muéstrate comprensivo y receptivo a lo que te cuente, y busca ayuda si es necesario.
  • En el caso que te exprese ideas de suicidio, o te verbalice cosas tipo: «quiero desaparecer», pregunta por ello y ofrécele tu ayuda. No minimices sus comentarios. Transmítele que entiendes su malestar y que puede contar contigo para ayudarle a superar ese momento. Intenta activarle y ponte a hacer cosas con él que le hagan sentir bien.
  • Si te verbaliza desesperanza, deseos de quitarse la vida que no puede reconducir, o no le es suficiente tu ayuda, contacta con los servicios sanitarios, e incluso acude a urgencias del hospital o llama a emergencias (112) si es necesario, para que pueda ser valorado por un equipo médico.
  • En caso que tu hijo o hija este atravesando un mal momento personal, es importante mantener una mayor supervisión de su conducta y no dejarle sólo por largos período de tiempo. Muéstrate abierto a hablar con él o ella siempre que lo necesite. No juzgues lo que te cuente.
  • Es importante que en caso de que tu hijo ya haya realizado alguna conducta suicida en el pasado, asegures que los medicamentos u objetos lesivos que pueda haber en casa, estén retirados de su alcance. De esta manera, controlarás que no tenga acceso a los métodos principales que los jóvenes utilizan cuando realizan intentos de suicidio.

Recomendaciones y pautas de actuación para los amigos o amigas de un chico o chica con riesgo de suicidio:

  • Muestra empatía y receptividad con tu amigo o amiga para que sepa que puede hablar contigo de lo que le ocurre y de cómo se siente. Muestra comprensión y anímale a que hable con un adulto (familiar, profesor, profesional, etc…) con el que sienta confianza, para explicarle lo que le está ocurriendo.
  • Nunca le prometas que mantendrás esta información en secreto, pues su vida corre riesgo y necesita la ayuda de un adulto. Insístele que explicar a un adulto sus ideas o pensamientos suicidas es imprescindible. Si te sientes capaz, y tu amigo lo acepta, puedes incluso acompañarle para facilitarle en este proceso.
  • Escucha con atención lo que te cuenta y cómo se siente. Comunícale que puede contar contigo en lo que necesite para sentirse mejor, muéstrale tu apoyo y hazle saber que no está sólo ante ese problema.
  • Muéstrate con tu amigo o amiga cómo lo haces habitualmente, intenta realizar con él o ella las actividades y hobbies que os gusta hacer y que compartís. Pasar tiempo juntos ocupados en cosas que os unen es una forma de ayudarle a sentir-se mejor.
  • Evita minimizar, simplificar o quitar importancia a los problemas que te explica. Tanto da si te parece que está haciendo una valoración excesivamente negativa de las cosas. No digas frases del tipo: «no te tomes las cosas así», «esto nos ocurre a todos», «hay gente que lo pasa peor que tu», «yo me lo tomaría diferente», etc… pues pueden darle la impresión de que eres poco comprensivo. Mejor utiliza frases tipo: «entiendo que te sientas así», «me preocupa verte así y me gustaría ayudarte», «sé que esto que te ocurre es difícil para ti pero puedes contar conmigo», etc…
  • Busca ayuda de inmediato si tu amigo o amiga te comenta que ha realizado alguna conducta suicida, como por ejemplo que ha ingerido pastillas para quitarse la vida, o que se dispone a realizar un suicidio. En estos casos, contacta de inmediato con algún adulto (padres, familiares, o profesores) y explícale lo ocurrido. Si no hay ningún adulto disponible, llama al teléfono de emergencias y explica lo ocurrido. De este modo, tu amigo podrá recibir atención médica urgente.
Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 8 de Septiembre de 2021
Última modificación: 8 de Septiembre de 2021

Si tienes pensamientos suicidas, pide ayuda:

También puedes comunicarte con los servicios de emergencia locales de tu zona de residencia.

Rebeca Gracia Liso

Rebeca Gracia Liso

Psiquiatra. Coordinadora de la Unidad de Hospitalización de Agudos de Psiquiatría Infantil
Consorci Corporació Sanitaria Parc Taulí de Sabadell
Joaquim Puntí Vidal

Joaquim Puntí Vidal

Psicólogo clínico. Coordinador de la Cartera de Servicios de tratamiento psicológico Infantojuvenil y de Hospital de día de salud mental de adolescentes
Consorci Corporació Sanitaria Parc Taulí de Sabadell