¿Es mi hijo adicto al móvil?
El concepto de adicción a la tecnología surge como explicación al uso incontrolable y nocivo de las tecnologías de la información y la comunicación. Los conceptos de uso, abuso y adicción describen los distintos grados de utilización de las tecnologías, desde la conducta saludable hasta la patológica.
¿Cuándo es un uso normal y cuándo no?
- Uso normal - Utilización de la tecnología sin indicios abusivos ni adictivos, de manera que no interfiere en las obligaciones ni actividades de ocio.
- Abuso - Uso elevado de la tecnología, en frecuencia y duración, que interfiere en la vida cotidiana de la persona.
- Adicción - Uso abusivo y sostenido de las nuevas tecnologías a pesar de las consecuencias negativas a nivel personal, escolar, familiar y social.
Estas adicciones se caracterizan por la pérdida de control y dependencia psicológica de actividades o situaciones que, por sí solas, no son perjudiciales para la salud de las personas. Tienen como consecuencia un desinterés por otras actividades gratificantes y una interferencia grave en todos los aspectos de la vida de la persona afectada, De este modo, el uso de la tecnología pasa de ser saludable a patológico en función de la intensidad, el tiempo y el dinero invertidos y, por último, en función del grado de interferencia en las relaciones familiares, sociales y académicas de las personas implicadas.
Síntomas de una adicción a la tecnología
El uso excesivo de Internet, de diferentes dispositivos móviles, ordenadores o videojuegos, o de aplicaciones genera una serie de síntomas que están identificados en otras adicciones químicas y no químicas:
- La dependencia - Un fuerte deseo o compulsión para continuar realizando la actividad que proporciona placer o sentimiento de bienestar.
- La tolerancia - Un estado de adaptación que se caracteriza por la disminución de la respuesta de placer con la misma cantidad de actividad.
- El síndrome de abstinencia - La unión de diferentes reacciones físicas y mentales que suceden cuando la persona no puede realizar la actividad a la que es adicta.
- La pérdida de control - La conducta tiende a ser cada vez más frecuente, el adolescente no puede limitar el tiempo de uso de las tecnologías y, como consecuencia, deja de realizar actividades básicas de la vida diaria.
- La negación del problema – El adolescente no vive su comportamiento de adicción a la tecnología como un problema.
- El abandono de otros intereses
Además de las consecuencias directas de la adicción, el uso abusivo de Internet facilita el acceso a contenidos nocivos y aumenta el riesgo de acoso y pérdida de intimidad.
También deben considerarse los peligros que conlleva la creación de identidades ficticias, potenciadas por un factor de autoengaño y fantasía, que facilita la confusión entre lo íntimo, lo privado y lo público. El adolescente está inmerso en una etapa de cambios a nivel físico y emocional, de construcción de su propia identidad. Es una fase de experimentación y de búsqueda de nuevas sensaciones, de preparación para la vida adulta, que necesita de acompañamiento y supervisión parentales.
Factores de riesgo para caer en una adicción a la tecnología
La adolescencia es una etapa de desarrollo durante la cual el sujeto puede ser especialmente vulnerable y que se resolverá de manera más o menos adecuada dependiendo de diversos factores.
Las adicciones conductuales entre adolescentes se han asociado con síntomas de depresión, riesgo de ideación suicida, ansiedad elevada y mala salud en general. Las consecuencias de estas adicciones pueden llegar a ser graves si no se tratan con ayuda profesional.
Existen ciertas características de personalidad o estados emocionales que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones:
- La impulsividad.
- La tendencia a experimentar inquietud, irritabilidad, tristeza.
- La intolerancia a los estímulos que no causan placer.
- Las dificultades para afrontar las dificultades cotidianas.
- La necesidad constante de tener nuevas experiencias y de experimentar nuevas sensaciones (búsqueda de emociones intensas, excitación, desinhibición, gusto por el riesgo).
- La timidez excesiva, baja autoestima o insatisfacción personal con la vida.
Los adolescentes con problemas de salud mental previos como la depresión, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), con fobia social u hostilidad tienen mayor riesgo de engancharse.
La falta de cohesión familiar, de relaciones sociales de calidad y las circunstancias generadoras de estrés (fracaso escolar, frustraciones afectivas o competitividad) o el sentimiento de vacío existencial (aislamiento social o falta de objetivos) también pueden ser factores de riesgo.
La presencia, prevalencia e impacto de las adicciones tecnológicas se hace cada vez más visible en la sociedad, pero todavía existe un gran desconocimiento. En el momento actual, la intervención que debe potenciarse es la prevención desde las escuelas, los institutos y los ámbitos social y sanitario.
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