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Pautas para el autocuidado de la persona cuidadora

Prevenir la aparición de problemas de salud mental cuando hay una gran carga física y emocional
Inmaculada Gil Palao

Inmaculada Gil Palao

Enfermera Interna Residente (EIR) en Geriatría
Hospital Sant Joan de Déu de Palma e Inca
Persona cuidadora

Cada 7 segundos surge un nuevo caso de demencia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de estos presentan síntomas clínicos de la enfermedad de Alzheimer. Se estima que un 0,5% de la población mundial está afectada por una demencia, más de 36,5 millones de personas. Eso significa otros tantos millones de personas que ejercen de cuidadoras.

Las personas con demencia requieren con frecuencia de cuidados de larga duración y con un alto grado de implicación por parte de las personas cuidadoras para poder responder a sus necesidades e intentar mantener su bienestar con la mayor calidad y calidez posible.

En la mayoría de los casos estos cuidados son ofrecidos por un miembro de la familia que pasa a ser el cuidador principal. Asumir dicho rol supone un gran esfuerzo físico y emocional, que puede conllevar repercusiones negativas si no se gestiona de manera adecuada.

Si eres una persona cuidadora, es importante prevenir la aparición de problemas de salud derivados de ese esfuerzo físico y emocional. Para prevenir este malestar emocional hay que cuidar aspectos de tu salud física y psíquica, así como tus relaciones sociales.

Qué hacer para prevenir el malestar emocional de la persona cuidadora:

Sobre el cuidado físico

  • Cuida tu salud y acude con regularidad a tu centro de salud de referencia ante cualquier malestar o para hacerte controles de salud,
  • Vigila tu descanso.
  • Respeta los horarios de comida y mantén una dieta equilibrada.
  • Diseña un plan de cuidados. Prioriza las actividades y distribuye el tiempo y esfuerzo que dedicada a cada una de ellas.
  • Aprende a decir que NO ante solicitudes no urgentes.
  • Se consciente de tus límites.

Sobre el cuidado emocional

  • Mantén una actitud optimista y motivadora para evitar caer en la monotonía.
  • Dedica un tiempo al día a hacer algo que te guste sin que te cree remordimientos.
  • Aprende a relajarte y actúa con paciencia ante situaciones que puedan desbordarte.
  • Fomenta tu autoestima, valorando todo lo que haces día a día.

Sobre tus relaciones sociales

  • Busca información y asesoramiento sobre recursos y ayudas sociales, así como productos de apoyo para el cuidado.
  • Continúa realizando actividades y aficiones que te gratifican. Te ayudará a relajarte y a prevenir el aislamiento y la soledad.
  • Si los cuidados no te permiten salir con frecuencia a la calle, utiliza el teléfono para seguir en contacto con tus amigos o familiares.

Pese a estas medidas de prevención, a veces es inevitable sentirse desbordado.

Es relevante conocer cuáles son los síntomas de alarma que pueden indicar un problema de salud mental:

Síntomas físicos

  • Agotamiento y fatiga.
  • Aumento o disminución del apetito y peso.
  • Insomnio y somnolencia durante el día.
  • Dolores musculares, palpitaciones y molestias digestivas.
  • Consumo abusivo de bebidas con cafeína, alcohol o tabaco.
  • Abuso de pastillas o medicamentos para dormir.
  • Abandono de ti mismo (aspecto, higiene, moda, hobbies…)

Síntomas emocionales

  • Tristeza e irritabilidad
  • Cambios frecuentes de humor o de estado de ánimo
  • Pérdida de memoria, de atención y de concentración
  • Depresión y ansiedad
  • Aislamiento social

Síntomas sociales

  • Pérdida de interés en los hobbies y en los momentos de ocio
  • Aislamiento familiar y social
  • Desaparece la consideración hacia las personas de nuestro alrededor
  • Perder la relación con amistades, familiares y compañeros
  • Problemas laborales

Si detectas o identificas estos síntomas, acude a tu profesional de la salud de referencia para que pueda realizar una valoración de tu estado de salud.

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