El miedo a la soledad y las dificultades de separación son dimensiones complejas de asumir por todos; y cuando alguien se mueve en unas líneas más confundidas y de fragilidad, ciertamente pueden encontrarse en situaciones muy delicadas.
Aferrándose a una relación intentando buscar cierta calma y estabilidad, les lleva a no poder prescindir del otro y, contrariamente a lo que buscaban, encontrarse con una situación más compleja y tormentosa.
Se entiende el deseo de advertir a la persona con TLP de ese riesgo, pero sabemos que depende más de lo que la persona pueda ir trabajando en el contexto de la propia relación terapéutica que de consejos y advertencias del entorno cercano.