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Dudas frecuentes sobre los antidepresivos

La desinformación puede generar miedo, desconfianza y poca adherencia al tratamiento
Cristina Pou Matarranz

Cristina Pou Matarranz

Psiquiatra. Jefa de Área Salud Mental Urgencias SM, interconsulta, TEC, Agudos, Subagudos y Hospitalización Parcial
Parc Sanitari Sant Joan de Déu
Manel Montserrat

Manel Montserrat Martínez

Enfermero especialista en salud mental. Centro de Salud Mental de Adultos. Esplugues de Llobregat
Parc Sanitari Sant Joan de Déu
Médica recetando pastillas a un señor.

Resumen

Los antidepresivos son medicamentos comunes y eficaces para tratar la depresión, la ansiedad y otros trastornos de salud mental. Sin embargo, circulan numerosas creencias erróneas sobre ellos y su uso genera siempre muchas dudas. Se trata de medicamentos que ayudan a restablecer el equilibrio químico del cerebro, pero no provocan cambios en la personalidad, ni crean adicción ni una falsa felicidad. La desinformación sobre los antidepresivos puede tener consecuencias muy negativas, ya que generan miedo, desconfianza y pueden perjudicar la adherencia al tratamiento.
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Los antidepresivos son medicamentos comunes para tratar la depresión, la ansiedad y otros trastornos de salud mental. Sin embargo, su uso a menudo está rodeado de conceptos erróneos, y circulan numerosas creencias sobre ellos que generan miedo, desconfianza o expectativas irreales. Entender de dónde vienen estas creencias y qué hay de cierto en ellas nos ayudará a tomar decisiones informadas y a desterrar prejuicios. 

A continuación, aclaramos algunas de las dudas más frecuentes que suelen generar los antidepresivos con información respaldada por la evidencia científica.

1. ¿Cambiarán mi personalidad?

Los antidepresivos no cambian quién eres. Su función es ayudar a restablecer el equilibrio químico del cerebro, aliviando los síntomas de la depresión y permitiendo que recuperes tu estado de ánimo y tu manera de ser habitual.

Lo que cambia con el tratamiento no es la personalidad, sino el estado emocional. Cuando la depresión mejora, las personas suelen sentirse más como ellas mismas, con más energía y capacidad para disfrutar de la vida cotidiana.

2. ¿Me harán subir de peso?

Algunos antidepresivos pueden provocar cambios en el peso, pero no es algo que ocurra en todos los casos. A veces el aumento de peso se debe a la recuperación del apetito tras la mejoría del estado de ánimo. Si te preocupa este efecto, coméntalo con tu profesional de referencia: existen alternativas y pautas saludables para controlarlo.

3. ¿Tienen un efecto inmediato?

Los antidepresivos necesitan tiempo para actuar. Generalmente, los primeros efectos aparecen entre las dos y cuatro semanas, y la mejoría completa puede tardar hasta ocho. Es importante no abandonar el tratamiento antes de tiempo.

4. ¿Causan ideas suicidas? 

Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), los antidepresivos pueden aumentar el riesgo de pensamientos y conductas suicidas, especialmente al inicio del tratamiento o al cambiar la dosis. Este riesgo es más notable en adolescentes y adultos jóvenes (menores de 25 años). Por esta razón, la AEMPS subraya la necesidad de una supervisión médica estricta para vigilar cualquier cambio en el estado de ánimo.

Pero es importante recordar que la depresión no tratada es un riesgo de suicidio mucho mayor. Los antidepresivos, con el tiempo, suelen reducir este riesgo al mejorar los síntomas del trastorno. Por lo tanto, nunca se debe interrumpir el tratamiento sin indicación médica. 

5. ¿Son adictivos?

Los antidepresivos no generan adicción ni dependencia. No producen los efectos de necesidad o abstinencia que se asocian a sustancias adictivas. Eso sí, al suspenderlos debe hacerse de forma gradual y siempre bajo indicación médica para evitar molestias transitorias.

6. ¿Producen problemas sexuales?

Algunos antidepresivos, pero no todos, pueden afectar la libido o la respuesta sexual, pero también la propia depresión puede influir en estos aspectos. Si notas cambios, coméntalo con tu especialista: ajustar la dosis o cambiar el fármaco suele resolver el problema.

7. ¿Los tendré que tomar toda la vida?

La duración del tratamiento varía según cada persona y el tipo de trastorno. En muchos casos se recomienda mantenerlo entre seis y doce meses, mientras que en depresiones recurrentes puede ser más prolongado. En cualquier caso, la decisión debe tomarse junto al médico, nunca por cuenta propia.

Los antidepresivos no generan adicción ni dependencia, pero deben suspenderse siempre bajo indicación médica para evitar molestias transitorias.

8. ¿Son como pastillas de la felicidad?

Los antidepresivos no fabrican una felicidad artificial. Su función es aliviar los síntomas de la depresión —como la tristeza intensa o la falta de energía— para que la persona recupere su capacidad de disfrutar y afrontar la vida con mayor serenidad.

9. ¿Tienen muchos efectos secundarios?

Como cualquier medicamento, pueden tener efectos secundarios, aunque la mayoría son leves y temporales, como náuseas o somnolencia. Los efectos graves son poco frecuentes y siempre deben comentarse con el equipo profesional de referencia para valorar ajustes o alternativas.

Médica dando pastillas a un hombre que atiende.

Principales efectos secundarios de los antidepresivos

10. ¿Solo se recetan en casos graves?

Los antidepresivos no se reservan únicamente para los casos más severos. También pueden ayudar en trastornos moderados o de ansiedad, según la valoración médica especialista. Cada tratamiento se adapta a la situación de la persona.

11. ¿Funcionan?

La evidencia científica demuestra que los antidepresivos son eficaces para la mayoría de las personas. A veces es necesario ajustar la dosis o probar distintos tipos hasta encontrar el más adecuado, siempre bajo supervisión médica.

12. ¿Si tomo antidepresivos es porque soy débil o no sé manejar mis problemas?

La depresión no tiene que ver con la fuerza de voluntad ni con el carácter. Es un trastorno complejo en el que influyen factores biológicos, psicológicos y sociales. Los antidepresivos no sustituyen la capacidad personal de afrontar la vida, sino que ayudan a aliviar los síntomas para poder hacerlo con más claridad y energía.

La desinformación sobre los antidepresivos puede tener consecuencias muy negativas, ya que generan miedo, desconfianza y pueden llevar a decisiones equivocadas que pongan en riesgo la salud.

13. ¿Solo los psiquiatras pueden recetar antidepresivos?

Aunque la psiquiatría es la especialidad más formada en su uso, también los médicos y médicas de atención primaria pueden prescribir antidepresivos, especialmente en casos leves o moderados. En cualquier caso, lo importante es mantener una buena comunicación con la persona profesional que lleva el seguimiento.

14. Si me encuentro bien, ¿puedo dejar el tratamiento por mi cuenta?

Sentirse mejor no significa que la depresión haya desaparecido por completo. Suspender el tratamiento antes de tiempo puede provocar recaídas o síntomas de retirada. Por eso, la medicación debe reducirse siempre de forma gradual y bajo supervisión médica.

15. ¿Puedo tomar alcohol mientras estoy en tratamiento?

El alcohol puede interferir con el efecto de los antidepresivos, potenciar sus efectos secundarios e incluso aumentar la tristeza o la ansiedad. Es recomendable evitarlo o, al menos, reducir su consumo al mínimo y comentarlo siempre con el médico.

16. ¿Los antidepresivos curan la depresión por sí solos?

Aunque son una herramienta fundamental, los antidepresivos suelen ser más eficaces cuando se combinan con psicoterapia y con hábitos de vida saludables. La medicación ayuda a estabilizar el estado de ánimo, pero el cambio profundo requiere también acompañamiento psicológico y apoyo social.

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En resumen, la desinformación sobre los antidepresivos puede tener consecuencias muy negativas, ya que generan miedo, desconfianza y pueden llevar a decisiones equivocadas que pongan en riesgo la salud. Cuando alguien cree, por ejemplo, que los antidepresivos son adictivos o que producen una felicidad artificial, es más probable que interrumpa el tratamiento antes de tiempo o que no llegue a iniciarlo.

Mantener una buena adherencia desde el principio es fundamental para dar tiempo al medicamento a hacer efecto. Además, llevar un estilo de vida saludable, con rutinas estables y buenos hábitos, contribuye de forma decisiva a la recuperación, así como a contrarrestar los posibles efectos secundarios de los fármacos. Y, sobre todo, nunca se debe suspender la medicación sin consultar antes con la persona profesional de referencia, ya que hacerlo por cuenta propia puede implicar riesgos innecesarios para la salud mental y física.